Compañía

De una creación a la siguiente, la compañía sigue con su proceso de exploración de un lenguaje visual.

Un lenguaje en el que el “escenario” es el lugar de lo inconsciente. Un lenguaje que atestigua los conflictos del ser humano frente a si mismo.

En cada una de nuestras creaciones, el libre encadenamiento asociativo de las escenas no sigue una narración lineal, ni la psicología de personajes clásicos, ni el principio de causalidad, busca en resonancia con nuestros paisajes interiores, hacer que emerjan de nuestros abismos esos miedos, esas esperanzas locas, esas vergüenzas, esos deseos reprimidos, esos espacios ilimitados, confrontando los imposibles, produciendo así choques visuales.

Al estilo de un sueño las imágenes se aplican en condensar simultáneamente varios sentidos. La danza, el cuerpo humano, la relación con el objeto están al servicio de ese espacio de lo indecible. Un enfoque que supone por parte del espectador el no estar confinado en el papel de testigo pasivo de un drama o de una comedia. Es atrapado en un viaje a través de una sucesión de enigmas que provocan en cada uno sensaciones diferentes, encontrando aquí un eco a sus propias interrogaciones o, por el contrario, hundiéndolo en un trastorno perturbador. 

Mientras crece la popularidad de la compañía en Francia y en el extranjero, los periodistas siguen teniendo dificultades para describir nuestro trabajo. No se ubica en ninguna de las categorías habituales: danza, teatro, marionetas, circo. Por otra parte, es prácticamente imposible describir el tema. Una desventaja que no dejamos de reivindicar.

Cada creación necesita un tiempo de repetición de 6 meses, compensado por un tiempo de explotación de tres años, de los cuales en general un año en Francia y los demás en el extranjero, es decir unas 300 representaciones. Algunas producciones como Derivas o Deseos desfile y sus adaptaciones se representaron 1100 y 900 veces respectivamente.

El proceso de creación

Todo empieza por un trabajo de escritura y de dibujos. Tengo que establecer rápidamente la decoración que va a sumergirme en un ambiente, proponerme sus posibilidades y sus limitaciones. La decoración nunca es realista, debe poder estar en constante mutación, dejando así el campo libre a la imaginación del espectador.

Siempre he tenido fobia a las entradas laterales. Los personajes surgen desde el escenario, “lugar de lo inconsciente”, evolucionan, se transforman, desaparecen. Me he preguntado durante mucho tiempo el por qué de ese rechazo casi visceral a las entradas por los bastidores. ¡Quizá porque en mis sueños los personajes nunca entran por los lados!

Las escenas son descritas con varios posibles.

Los ensayos por escenas funcionan según las siguientes etapas: Dispersión – cruce – reescritura – evaluación

  1. Dispersión : Durante esta etapa se elimina el juicio y la autocensura. A partir de un tema y a veces de objetos, de materiales o de muñecos, los intérpretes tienen el campo libre para lanzarse en improvisaciones. A lo largo de esta etapa, el trabajo de escucha es fundamental en relación a los intérpretes, a los materiales que tienen su dinámica y que resisten a las proposiciones del guión y a las limitaciones de la decoración.
  2. Cruce : confrontación de las proposiciones con la escritura, algunas se integran. Otras, haciéndolas evolucionar, podrán adaptarse. Otras, finalmente, son descartadas o a veces pueden llevarnos a la etapa siguiente.
  3. Reescritura : las improvisaciones podrán enriquecerse con contrapuntos que van a provocar ese encuentro de los imposibles. Por otra parte los intérpretes y los materiales van a revelar recursos insospechables en el momento de la escritura y que van a alimentar considerablemente el conjunto. Ese momento de reescritura debe poder prolongarlas y a menudo permitir reorientarse hacia otras proposiciones.
  4. Evaluación : en un espacio que no se basa ni en lo racional ni en el realismo, ni en una fábula, es indispensable confrontarse con un público a lo largo de los ensayos, no para tratar de gustar sino para saber si nos comunicamos.

Ese funcionamiento, lejos de las certezas, con un espíritu constante de experimentación nos lleva a rechazar cerca de la mitad de los trabajos y a veces incluso productos bien logrados. Supongo que es el sino de todas las investigaciones, ya sean científicas, industriales o artísticas.